Parte 1
El término “Musicalidad” es un concepto tan amplio y abstracto que cuesta comprender. Y de hecho cuando buscamos la definición de esta palabra, nos encontramos con que el concepto está muy poco desarrollado.
En un principio la musicalidad es la capacidad de entender el lenguaje musical, y esta capacidad es la que permite poder transitar ese lenguaje, adoptarlo, y darle un aspecto personal.
La musicalidad es una cualidad de la música ( la raíz del término muestra claramente su origen en la misma), y su significado etimológico es : “Característica de ser musical“. Nuevamente, encontramos una definición demasiado amplia y/o abstracta, que supongo que solo músicos y bailarines comprenden parcialmente su significado.
Por esta razón he decidido compartirles en este artículo algunas publicaciones que fui encontrando durante el proceso de investigación. Y porque considero que todas ellas aportan conocimientos necesarios para la comprensión integral del término, ya que abordan la musicalidad desde distintos ángulos, y distintas artes.
Para ello comenzaremos con la premisa de que la musicalidad es una característica que podemos encontrar en la palabra, la poesía, la danza, y otras artes.
Musicalidad en la palabra
En esta primera sección veremos una selección de citas textuales de filósofos, musicólogos y pedagogos, quienes sugieren que en “el habla” ya existía una forma de musicalidad. O dicho de otra manera, una conexión entre palabra y música.
“Decir y cantar antes era la misma cosa. Lo que demuestra, agrega, que la poesía es la fuente de elocuencia. Tanto la una como la otra tuvieron la misma fuente y fueron en un primer momento la misma cosa.”
(Rousseau cita a Estrabón)
Asimismo, Rousseau reafirma esta teoría al observar lo siguiente :
“Rousseau prefiere el canto antes que la música instrumental porque considera que la música encuentra en él su naturaleza original.
En el pasado, cuando el hombre se encontraba en estado de naturaleza, música y palabra constituían un nexo indivisible y el hombre podía expresar sus pasiones y sentimientos del modo más completo.”
( E. Fubini cita a Rousseau – 1970)
Otra teoría muy interesante es la que apunta Steven Mithen (arqueólogo, antropólogo cultural) quien publicó “The Singing Neanderthals”, “The Prehistory of the Mind : The Cognitive Origins of Art, Religion and Science”.
Mithen afirma que previo a la existencia de las palabras la comunicación emocional se realizaba a través de la música (o sonidos).
A su vez, apunta a la música como antecesora del lenguaje, y afirma que el objeto de la música es expresar emociones y comunicarlas.
Considera también, que nuestra comprensión de la evolución de las capacidades musical y lingüística es limitada. Y ello se debe a que la expresión de emociones no ha recibido atención por parte de los arqueólogos, quienes estaban más interesados en las capacidades intelectuales de los primitivos que en las emocionales.
También, dentro de la misma corriente de pensamiento, encontramos a John Blacking ( etnomusicólogo y antropólogo social) quien afirma lo siguiente:
Existe un modo de pensamiento y acción no verbal pre lingüística, “musical”.
(John Blacking – “Music, Culture & Experience”)
Musicalidad y Poesía
“Ciertamente es un viejo sueño: convertir la palabra en música. Pero en realidad las palabras ya son música; en eso consiste la buena literatura. Pensemos por ejemplo en la poesía, que pretende lograr con el embrujo de las palabras elevados de belleza, armonía y musicalidad”
(Raysan, La Musicalidad de las palabras)
Al igual que en el capítulo anterior, en el cual se exponen varias teorías acerca de la conexión entre música y palabra, en esta sección analizaremos ese mismo aspecto musical en la poesía.
Según los griegos existen tres tipos de poesía : la poesía Lírica (cantada con acompañamiento de Lira o arpa de mano) que es el significado que luego se generalizó para la palabra incluso sin música, la poesía dramática o teatral, y la poesía épica o narrativa.
Claramente si ahondamos en el mundo de la poesía encontraremos que existen también otros tipos. Por ejemplo, de las corrientes vanguardistas del siglo XX surgen la poesía fonética y poesía sonora, en las cuales la musicalidad y los sonidos se exploran sin límites.
Sin embargo, no ahondaremos en el análisis profundo de esta materia, sino que nos enfocaremos sobre todo en la conexión poesía – musicalidad.
A los interesados en conocer más acerca de tipos de poesía les recomiendo los siguientes sitios : historia de la poesía > Wikipedia, tipos de poesía > Haytipos.com, vanguardias poéticas > “De La Poesía fonética a la Poesía Sonora“.
Ahora sí, volcándose al tema que nos compete, encontramos que en la poesía la musicalidad la genera el ritmo interno que posee cada verso. Es decir, se genera por la rima o por el ritmo que domina al poema en su interior.
Aquí un video explicativo :
El ritmo de un poema se genera por los acentos, las pausas (estrófica, versal, cesura), y los encabalgamientos (figura retórica que consiste en no terminar las frases al final del verso sino en el siguiente).
¡Amoroso pájaro que trinos exhala
bajo el ala a veces ocultando el pico;
que desdenes rudos lanza bajo el ala,
bajo el ala aleve del leve abanico!
El ritmo también puede conseguirse gracias al uso intencionado de los fonemas ( los fonemas son unidades teóricas básicas postuladas para estudiar el nivel fónico-fonológico de una lengua humana), como se aprecia en estas palabras del poeta Rubén Darío: Bajo el ala aleve del leve abanico.
Ya que teniendo un panorama general acerca de la poesía y musicalidad, haremos un breve paréntesis para introducir el concepto de “Recitado”, y pasar posteriormente a escuchar algunos ejemplos.
El Recitado
Se le llama recitar al acto de, en voz alta, vocalizar un discurso u oración.
El término “recitar” puede utilizarse para cualquier tipo de lectura, de textos literarios o científicos, pero suele utilizarse principalmente para la declamación de una obra poética. Ya que en ella el recitador añade una serie de ornamentos a su actitud y voz, para realzar la belleza de los versos, o para reforzar el significado del texto.
Escuchemos los siguientes ejemplos:
El Poema 20 de Pablo Neruda trata sobre la pérdida del amor romántico y la nostalgia de recordar a la persona amada.
Se expresa el final de una relación amorosa con sentimientos de dolor, soledad y melancolía.
A lo largo del recitado Neruda refuerza estos sentimientos a través de su tono de voz, el ritmo y velocidad de su recitado, y las pausas.
Podríamos decir que esa es la musicalidad que el poema le sugiere al momento del recitado. Y además, que gracias a la interpretación de la misma, el recitador refuerza el significado de las palabras.
También encontramos dos ejemplos bien conocidos de recitados en tangos, por Julio Sosa y Roberto Goyeneche. Y uno extra de Johnny Cash para comparar con otro estilo musical.
Debo reconocer que en los siguientes recitados la interpretación y el “acting” son tan buenos, y de un talento tan grande, que podemos dudar si la musicalidad viene de la poesía o del recitado.
Desde mi punto de vista el texto propone cierta musicalidad, y el recitador la realza con su interpretación.
Recordemos que estos textos o poemas fueron escritos sin música, y si bien no son una melodía en sí misma, en los siguientes ejemplos casi que podríamos decir que lo son.
Poesía de vanguardia y su impronta musical
Finalmente llegamos a la poesía fonética, surgida a principios del siglo XX en los movimientos vanguardistas como el Dadaísmo, Merz, y futurismo ruso e italiano.
A diferencia de la poesía declamada o recitada tradicional, la poesía fonética (de carácter experimental) se basa en los recursos sonoros de la lengua, juegos silábicos, distorsiones léxicas, emplea ruidos y técnicas fonéticas autónomas del nivel léxico. Es decir, que evita utilizar la palabra como único vehículo del significado.
En los poemas fonéticos se desarrollan los elementos básicos de la música: intensidad, sonido, tiempo, color del tono, etc. La poesía fonética no es un híbrido de música y literatura, es ambas cosas a la vez.
Ya para la década del ’50 se retoman conceptos de aquellas vanguardias de principio de siglo, y con el advenimiento de la tecnología nace la Poesía Sonora, pariente directa de la poesía fonética.
Henri Chopin, define la poesía sonora como los actos hechos por y para el magnetófono, “el poeta sonoro”, afirma, “puede codificar sus poemas con la ayuda de máquinas electrónicas y de unas matemáticas más exactas que las técnicas gráficas”.
Conclusión
Hemos leído en primer lugar las teorías que sugieren que previo a la utilización de las palabras, el hombre ya se comunicaba a través de manera musical a través de sonidos y cantos.
Adicionalmente, una vez introducido el vocabulario léxico, notamos que la musicalidad en el habla enriquece la expresión de sentimientos y significados.
En segundo lugar, nos hemos adentrado en la poesía. Desde los orígenes de la misma los griegos solían acompañarla con un instrumento musical (poesía lírica). Lo que demuestra que el nexo poesía – música existió desde un principio.
Además de esta razón, las palabras o fonemas utilizados y la construcción de los versos buscan una cierta musicalidad rítmica y de rima.
En tercera instancia encontramos el recitado. En el cual el recitador interpreta el poema aportando incluso un poco más a la musicalidad sugerida de dicho poema, y realza el significado del mismo.
En el próximo capítulo llegaremos al objetivo final del análisis. O quizás al punto que más nos interesa acerca de la musicalidad : la Musicalidad en la Danza.
Y abordaremos sobre todo la Musicalidad en el Tango.